Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Oda a la hamburguesa


Como buen lector de Nick Hornby (el de Alta fidelidad), yo soy mucho de confeccionar listas y rankings. Lo malo es que en mi familia no lo han leído y también lo son, hace unos años nos entró a todos un frenesí por dejar constancia en listas de nuestras “10____ favoritas” (sean “películas”, “canciones”, “novelas”, “obras de arte” o “comidas”: de aquella época son las listas que hay en este blog, de hecho). Pues bien, para estupor de muchos, mi lista de 10 comidas favoritas incluía a la humilde pero rotunda Hamburguesa.

Desde chiquitito he sido consumidor ocasional pero fiel de hamburguesas: McDonald’s, Burger King, Wendy’s, el snack bar de mi barrio… pero fue en 1992, en el pabellón estadounidense de la Expo de Sevilla, cuando probé mi primera hamburguesa “de verdad” y empecé a darme cuenta de que la cosa no era como me la estaban contando. Desde entonces, aunque no he abandonado las cadenas de comida rápida, he ido buscando hamburguesas de calidad, y hay que decir que, evidentemente, las mejores son las caseras. Como no siempre se tiene el tiempo ni las ganas de preparar buenas hamburguesas, es interesante saber en qué sitios se pueden encontrar.

La hamburguesa -¡sorpresa!- no es más que una tortita de carne picada frita o a la parrilla entre dos panes. Tan solo eso ya da lugar a infinitas variaciones: tipo de carne, aderezo, método de cocinarla, tipo de pan…, pero es que luego están los extras. Los más normales son la ensalada (lechuga, cebolla, tomate, pepinillo…) y el queso (americano, suizo, azul, Cheddar, Monterrey Jack…). También, por supuesto, el bacon, el huevo, los frijoles, champiñones, aguacate… una buena hamburguesa es algo muy serio, señores.

Por muy denostada que sea la gastronomía norteamericana, hay que concederle que nos ha dado esta maravilla (al menos en su forma actual), y claro que hay hamburguesas que son una porquería, igual que gazpachos o jamón serrano, depende de dónde uno vaya a comer. Para mi gusto, en España se pueden conseguir hamburguesas decentes (no baratas) en las franquicias TGIFriday’s y Foster’s Hollywood, tampoco están mal las del VIPS (esa Argentina Pampera, por Dios), o las de ciertos restaurantes Tex Mex que hay en mi ciudad.

Las mejores que he comido en mi vida (perdón por el esnobismo) fueron algunas de Estados Unidos, donde la hamburguesa puede ser un gran plato en algunos restaurantes. Recuerdo especialmente dos de sitios que no dejaban de ser franquicias: las de Nathan’s Famous y las de Fuddruckers. En este último restaurante puedes comerte una hamburguesa de hasta medio kilo, tú eliges la carne, el tipo de pan, les dices cómo la quieres hecha, tú añades los ingredientes extra que te apetezcan y la preparan delante tuya. Otra cosa que tenía su encanto era ir al drugstore local y tomarse un hamburguesón con aros de cebolla, bebiendo vanilla Coke (una coca-cola con una bola de helado de vainilla dentro).

Otra que recuerdo con cariño: este verano en Brighton (Inglaterra) tuve ocasión de comerme una hamburguesa de 18 euros (ver foto). Era de carne 100% vacuno poco hecha, y llevaba ensalada, queso brie y chutney (una especie de compota) de mango. Tenía un divertido nombre que no recuerdo, y evidentemente hubo que comérsela con patatas fritas y coca-cola. Parafraseando al personaje de Travolta en Pulp Fiction, al verla pensé “para valer dieciocho euros debe ser una hamburguesa cojonuda”. Y pardiez, ¡vaya si lo era!

7 comentarios:

Riggy dijo...

Antes de nada: Viva Rob Gordon. Viva.

Gran post, yo tamién soy un entusiasta de las hamburguesas, tan mal visto como está. Te diré una cosa, he probado en mi vida más tortillas de patata asquerosas que hamburguesas asquerosas.

Grande la Pampera del Vip's, aunque a veces opto por la combinación de quesos de la Francesa. Si vives en Madrid, recomiendo Alfredo's Barbacoa y el Home Burguer Bar, en Malasaña.

También dispongo de la receta para elaborar una auténtica Big Kahuna Burguer, pero no me he animado aún a hacerla.

El Perro Lunar dijo...

¡Pardiez!, me encanta esa palabra. Una de las cosas de las que primero me hablaron los astronautas del Apollo17 fue de las hamburguesas. La primera que probé fueron en Madrid, y no tuve mucha suerte, pero, como tú, he podido dar algunas vueltas por la Tierra y probar algunas que sí han merecido la pena.
Gran invento la hamburguesa.
Algún día pondré a Riggy a cocinar esa Big Kahuna; pardiez que si lo haré.

Anónimo dijo...

me opongo,quizas por mi educación católica ,quizas por mi cultura gastronómica me opongo a la hamburguesa!!!!
en mi anterior vida fui un castillar de cerdo ibérico y puedo prometer y prometo que estoy más bueno....pardiez

Karmen dijo...

Porerror, te recomiendo el segundo episodio de la última temporada de How I Met Your Mother. This is it!

Fran G. Matute dijo...

Doy fe de las recomendaciones de Riggy... el Home Burger no lo he catado, pero será el próximo... pasé por delante y pillé la tarjeta...

La mejor burger que yo he tomado jamás fue en NY, en un sitio que se llama "7a"... inolvidable!!!

jcesar dijo...

buena oda a la hamburguesa.
Como veo que hablas de la argentina pampera te informo de que la han quitado de la carta, una lastima

Peter Parker dijo...

En Nueva York merece la pena ir a Corner Bistro (sí, nosotros también vimos ese capítulo de "Cómo conocí a vuestra madre". Sin artificios (carne lechuga, tomate, cebolla y bacon) pero unas hamburguesas riquísimas

 
click here to download hit counter code
free hit counter