Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

martes, 5 de febrero de 2008

El día en que el Milenarismo llegó (II)

Por petición popular, continúa la saga de Arrabal en Estatuas Verdes:


Arrabal había llegado y apenas había dejado que lo presentasen como es debido, las autoridades pavoneándose de haber traído a tan docta cabeza. Alguien anunció que hablaría don Fernando y que posteriormente el Rector diría unas palabras para clausurar el congreso Factor Humano.

“Es un poco insultante pensar que va a hablar un poeta y luego un rector,” [pausa dramática] “porque es más importante un poeta que un rector” [ovación]. Señoras y señores: he llegado tarde porque he estado almorzando con un tarado… con un loco… ¡el “Loco de la Colina”! [nueva ovación]. De sus frases introductorias enseguida se colige que la conferencia no va a tener ni pies ni cabeza (lo cual no significa en absoluto que no tenga sentido). En su susurrante español plagado de galicismos, Arrabal anuncia que va a hablar de poesía, de filosofía, de ajedrez y de matemáticas, “las únicas disciplinas que no tienen Premio Nobel, porque no recrean la vida, no son como la vida: son la vida”.

“Ustedes son todos poetas, por eso han venido a escucharme. Por eso estoy tan a gusto creando con ustedes esta tarde”. Si no fuera porque le creo capaz de improvisar estas y mucho mayores chorradas/genialidades (táchese lo que no proceda) diría que Fernando Arrabal suelta siempre la misma conferencia vaya a donde vaya, unos meros ajustes y listo. Tal es la seguridad y –pese al ritmo pausado- la diligencia con que el dramaturgo se dirige a su auditorio. Aún así, no faltan pequeñas idas de cabeza:
“Señoras y señores: estoy mezclando el español y el francés, debe ser que estoy medio borracho” [carcajada general y aplauso]. Gritos de “¡el Milenarisno!” se oyen por las filas más alejadas- o a lo mejor fui yo-. Arrabal continúa: “Lo crean o no, incluso me pagan por decir todo esto”.

Tras un cuartito de hora de dar rodeos empiezo a pensar que esto es el Club de la Comedia, pero entonces el escritor melillense se pone serio y empieza a decir:
“Ya no hay los grandes Titanes del siglo XX como Franco, como Hitler, como Stalin… Mussolini, Carrillo,” [cambios de postura incómodos entre la progresía asistente] “como Ceaucescu… que querían crear un hombre nuevo, como Prometeo. Pues bien, en el Antiguo Régimen yo escribí una dedicatoria: Me cago en Dios, en la Patria y en todo lo demás, con toda inocencia” [ovación rabiosa].

“Esta ovación está dedicada a los amables señores que me invitaron a estar seis semanas à un albergue gratuito llamado ‘Cárcel de Carabanchel’”. Narraba así Fernando Arrabal sus problemas con la justicia y con la censura franquista –pidieron para él doce años de prisión por blasfemia-, y cómo logró eludir su condena. “Yo soy el único español que escribió a Franco cuando Franco estaba vivo… luego le han escrito todos”. Contó que en su carta le explicaba al Caudillo que la polémica dedicatoria fue hecha sin ánimo de ofensa (“Me refería al dios Pan, no al Dios católico”; “Me cago en la Patria fue una errata. No quería decir ‘Patria’ sino ‘Patra’, mi gata ‘Patra’: Cleopatra) y de ahí para arriba. Me pregunto quién sería el abogado del nota este en aquel proceso, que logró que lo absolvieran.

Luego pasó a explicar cómo grandes figuras de la intelectualidad europea salieron en su defensa, entre ellos cinco “soldados rasos de la literatura” que testificaron a su favor en el juicio: Vicente Aleixandre, Camilo José Cela, Octavio Paz, Elías Canetti y Samuel Beckett. Siempre según Arrabal, he aquí un extracto de la carta que envió el autor teatral, novelista y escritor de paranoias irlandés Samuel Beckett:
“Y Beckett dijo Señores del Tribunal: Libérenle… (callo los elogios)… Libérenle, porque es mucho lo que tiene que sufrir un escritor, un poeta, un dramaturgo para escribir. No añadan a su sufrimiento” [sobrecogido silencio].

4 comentarios:

Fran G. Matute dijo...

Como le gusta recordar al bueno de Arrabal lo de los "soldados rasos de la literatura"...

Cuando pasó lo del juicio de Houllebecq por lo del islamismo el propio Arrabal fue a testificar en su favor, al igual que en su día hicieron con él...

Porerror dijo...

Te digo que Arrabal pa mí que va soltando la misma conferencia allá donde va: es lo que le queda. Estos G.R.A.N.D.E.S. es lo que tienen, lo malo es que la gente les tolera todo.

GRILLO SOLITARIO dijo...

ME DA IGUAL. MÁS MÁS MÁS.

Kike dijo...

“Ya no hay los grandes Titanes del siglo XX como Franco, como Hitler, como Stalin… Mussolini, Carrillo,”

Solo con esa frase (y con las fotos que has puesto para ilustrar las entradas) ya me ha cautivado Arrabal. Que profundidad de ideas y que sarcasmo el tio!

 
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