Ya esta aquí la nueva película de M. Night Shyamalan (sí, sí, la “M” es de “Manoj”). Tengo un verdadero problema con el nombre de este señor, por lo que a partir de ahora en Estatuas Verdes se le conocerá como “Chamalaman”. La nueva de Chamalaman, sí, y tengo otro problemón: hablar de ella más o menos a fondo sin destripárosla. Cuando se estrenó la primera peli de Mr. Bean se la publicitaba como “Lo último en cine de catástrofes”. Pues bien, como no puedo entrar en muchos detalles sobre El incidente (2008) y me veo obligado a hablar de ella en parábolas, empezaré diciendo: “El incidente de Chamalaman: lo último en cine de catástrofes”.
Lo último porque es cine de catástrofes pero a la vez se burla de las convenciones del género. Normalmente estas pelis suelen tener varias historias en paralelo, para darles más dramatismo, y suelen llevar más de un escenario a la vez. En El incidente nos encontramos con una unidad de acción, unidad espacial (casi) y una importantísima unidad temporal. Con esto ya tendríamos la famosa regla de las 3 Unidades que el francés Boileau se inventó en el periodo Clásico diciendo que eran idea de Aristóteles. Pero Chamalaman, que usa estas “unidades” en ventaja propia para dar cohesión a la peli y hacer que dé más miedo, se burla de todas las reglas habidas y por haber.
Otra regla del cine catastrófico (volcanes, edificios en llamas, terremotos, virus de monos…) es el final climático y en El incidente en lugar de eso encontramos un final que me permitiría calificar de anticlímax. No quiero desvelar mucho, básteme decir que la historia es simple. Una serie de personas en Estados Unidos empiezan a suicidarse sin motivo aparente, cada vez más, y esto desencadena una histeria colectiva muy de la época actual, al desconocerse las verdaderas razones del incidente (yo la hubiera traducido como “El fenómeno”, pero eso es otro tema). Estamos asistiendo a muchas pelis sobre el terror colectivo e innombrable (Babel, 2006; La niebla, 2007) que bien pudieran leerse en clave de metáfora sobre la amenaza terrorista global, y El incidente no es ajena a este fenómeno, aunque también mete la puntilla ecologista.
Pero más allá de la macrohistoria (llamemos así a lo que desencadena la crisis) lo que me ha impresionado de esta peli es la microhistoria de los pocos personajes principales. Si no fuera porque sale mucho campo, diría que El incidente parecería una obra de teatro escrita entre Alfred Hitchcock y Julio Cortázar. Lo de Hitchcock viene por los sustos-trampa, la inquietud, por el cameo obligatorio de Chamalaman, los ambientes opresivos… lo de Cortázar por el componente fantástico, conspirativo, inexplicable, que preside la actuación de instituciones y multitudes. Y en medio de todo esto, la historia de dos personas. Una crisis de pareja que ha de ventilarse con una inusual terapia: momentos inciertos en que la vida (propia y de seres queridos) corre peligro. Inusual pero harto efectiva: ya se sabe que no hay cosa que una más que la amenaza común, el sufrimiento o el miedo.
Lo último porque es cine de catástrofes pero a la vez se burla de las convenciones del género. Normalmente estas pelis suelen tener varias historias en paralelo, para darles más dramatismo, y suelen llevar más de un escenario a la vez. En El incidente nos encontramos con una unidad de acción, unidad espacial (casi) y una importantísima unidad temporal. Con esto ya tendríamos la famosa regla de las 3 Unidades que el francés Boileau se inventó en el periodo Clásico diciendo que eran idea de Aristóteles. Pero Chamalaman, que usa estas “unidades” en ventaja propia para dar cohesión a la peli y hacer que dé más miedo, se burla de todas las reglas habidas y por haber.
Otra regla del cine catastrófico (volcanes, edificios en llamas, terremotos, virus de monos…) es el final climático y en El incidente en lugar de eso encontramos un final que me permitiría calificar de anticlímax. No quiero desvelar mucho, básteme decir que la historia es simple. Una serie de personas en Estados Unidos empiezan a suicidarse sin motivo aparente, cada vez más, y esto desencadena una histeria colectiva muy de la época actual, al desconocerse las verdaderas razones del incidente (yo la hubiera traducido como “El fenómeno”, pero eso es otro tema). Estamos asistiendo a muchas pelis sobre el terror colectivo e innombrable (Babel, 2006; La niebla, 2007) que bien pudieran leerse en clave de metáfora sobre la amenaza terrorista global, y El incidente no es ajena a este fenómeno, aunque también mete la puntilla ecologista.
Pero más allá de la macrohistoria (llamemos así a lo que desencadena la crisis) lo que me ha impresionado de esta peli es la microhistoria de los pocos personajes principales. Si no fuera porque sale mucho campo, diría que El incidente parecería una obra de teatro escrita entre Alfred Hitchcock y Julio Cortázar. Lo de Hitchcock viene por los sustos-trampa, la inquietud, por el cameo obligatorio de Chamalaman, los ambientes opresivos… lo de Cortázar por el componente fantástico, conspirativo, inexplicable, que preside la actuación de instituciones y multitudes. Y en medio de todo esto, la historia de dos personas. Una crisis de pareja que ha de ventilarse con una inusual terapia: momentos inciertos en que la vida (propia y de seres queridos) corre peligro. Inusual pero harto efectiva: ya se sabe que no hay cosa que una más que la amenaza común, el sufrimiento o el miedo.
Por qué me interesan más los sentimientos de la pareja principal que el circo fantástico que les motiva a ponerse en marcha en primera instancia es algo que podría ser una falla de la peli (la premisa terrorífica es flojeta, cuando la veáis lo hablamos). O podría muy bien ser otra genialidad de Chamalaman, que en realidad pretendía contar una historia de amores, un drama romántico si queréis, pero como el muchacho es así de rarete no es capaz de hacerlo si nadie es un fantasma, o hay monstruos de césped o resulta que todos viven un siglo por delante de los protagonistas.
Ya La joven del agua (2006) nos ofreció la impagable escena de un crítico de cine devorado por una criatura momentos después de predecir lo contrario. Ya El bosque (2004; peli sobre la que tengo pendiente un megapost) nos dio varias claves sobre la sugestión colectiva. Aviso a navegantes: todo el que vaya a ver El incidente en busca del “Efecto Chamalaman”, o sea, un sorpresivo twist final que dote de explicación racional a todo lo acontecido en la pantalla corre el riesgo de salir decepcionado. A mí me ha ocurrido, pero enseguida me he dado cuenta de que esta peli no es un mecanismo de relojería para proporcionar respuestas sino una desasosegante bomba calculada para sembrar interrogantes.
Y ya, si descendemos al puro acto cultural de ir al cine a pasar un buen rato, he decir que El incidente ha sido la peli que más me ha entretenido en lo que va de año. En desagravio por los bostezos que solté viendo la de Indiana Jones. De acuerdo que una vez vista, a lo mejor esta película es como esos anuncios de la tele muy largos y elaborados: mientras los ves son ingeniosos, pero una vez conoces el final, te aburriría volver a ellos. Pero mientras los ves… ¡madre mía qué susto he pasado viendo El incidente! Esa secuencia de la casa… con la señora paranoica… La peli es a la vez una road movie, una peli de catástrofes, un cuento de terror gótico, una historia de amor… A lo mejor también es una fábula medioambiental, pero a mí no me ha funcionado a ese nivel. A mí me lo ha hecho pasar mal con ese placer inefable del que paga para que le engañen, lo sabe y además disfruta.
7 comentarios:
Justo la vi ayer. Creo que es La guerra de los mundos la que introduce la catástrofe desde un único punto de vista. El incidente me parece deudora de aquélla, además, en otros aspectos (familia descompuesta, la estancia en un "refugio" de alguien desequilibrado, o incluso el "deux ex maquina" final que tú comentas). La de Spielberg me parece que gana en la plasmación del desconcierto tras la catástrofe. Adoro a Chamalaman (muy bueno esto, a mí me pasa igual). Por El sexto sentido y El bosque, que he visto cienes de veces. Estoy de acuerdo contigo: si me preguntaran por las mejores historias de amor en cine de los últimos años yo diría estas dos pelis. Aunque en El incidente anda más flojilla. Si a Spielberg le obsesiona la familia, al indio, el amor. Espero ansioso tu post sobre El bosque. Migue.
Realmente me importa ya poco el efecto susto...me basta con adentrarme en las cloacas de la librería a buscar un trozo de cartón todavía presentable, para ser atacada literariamente por una jauría de cucarachas sedientas de poemas de Rilke...Todas las mañanas me adentro, lo juro.Las cloacas...ese reducto donde todavía el Vértigo...Sin embargo, no voy a hacer honor a mi nombre, no pienso ir a verla...aún me queda una semana en la librería y los relatos de Poe prometen,las cucarachas andan como alteradas, presienten los nuevos pedidos, huelen a Baudelaire, a Rimbaud, huelen a oscuro y a profundo, y esto me inquieta.Al fin y al cabo, el efecto susto es un bien todavía virgen entre los libros.
Saludos catastróficos!
-Migue: No he visto La guerra de los mundos, tomo nota de la recomendación. El bosque me flipea, a ver si me decido a escribir ese post, y si no siempre podemos comentarla tomando una cervecita.
-Roberta Catástrofe: ¡Bienvenida a Estatuas Verdes! No te voy a decir que esta película es libresca porque no lo es, pero aun así te invito a verla, porque da que pensar y eso, con la que está cayendo, ya es bastante. En cuanto a tu afición bibliófila y casi bibliófaga, supongo que ya habrás leído la novela Firmin, si no, pienso que te puede encantar. Echa un vistazo:
http://estatuasverdes.blogspot.com/2008/01/firmin-rata-vida.html
Yo también he pensado en Firmin al leer el comentario de Roberta Castástrofe...
Cada vez que veo una película de Shyamalan me dispongo a disfrutar de tres cositas fundamentalmente: su análisis de las relaciones personales, su personal interpretación de los colores y su fascinación por Philadelphia (donde viví y sufrí durante todo un año)... Bueno, además de mi propio quest para encontrarle entre el cast. ;-)
El Incidente me ha encantado. La verdad es que a mí no me importaría verla de nuevo. Me gusta fijarme en todos los detalles (no hay nada casual en ninguno de sus planos, al más puro estilo Hitchcock). Es simple curiosidad pero... ¿qué pelis son las que se ven sobre la mesita de la televisión? Si hubiera tenido un zoom...
Shyamalan, sí, Porerror. ;-)
Estáis dando en el clavo de lo que significa el cine de Shyamalan, lo cual me emocina enormemente.
Es uno de los autores más sofisticados que hay hoy día, y la mayoría de la gente no lo entiende o no lo percibe.
Shyamalan es sutil y hace de una contradicción vital su "marca de la casa", pero está visto que a la mayoría no les encaja eso en la sesera.
"El Incidente" ha sido vapuleada (igual que "La Joven Del Agua", que ya va siendo comprendida) por la crítica... lo cual, para mí, es sinónimo de éxito. Esa es una de las "contradicciones vitales" a las que me refería...
P.D: "La Guerra De Los Mundos" (la de Spielberg) es un peliculón como la copa de un pino.
Muy similar a "La Niebla" (F. Darabont), por otro lado...
Dicen que cuando Gertrude Stein vio el retrato que de ella había pintado Picasso, exclamó: "No se parece a mí".
Y dicen que Picasso dijo: "Usted tranquila, que ya se parecerá".
Pues pienso que con El incidente va a pasar lo mismo. ¿Que la crítica dice que es una película mala? Pues ya dirá que es buena.
Aparte, recomiendo la reseña de Fran G Matute en:
http://mypoorrheumaticback.blogspot.com/2008/06/m-night-shyamalan-autor-autor.html
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