Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

jueves, 24 de enero de 2008

Estopa: ubi sunt?


Corría el año 1999, por aquel entonces éramos tan jóvenes e inexpertos. Íbamos a la universidad, no había mp3, no existía Vodafone (en España), nadie tenía ordenador portátil… En esa época conocimos a un nuevo grupo, sonaba distinto (para los que no nos habíamos criado escuchando a Los Chichos): era otra vuelta de tuerca sobre el concepto de flamenco rock, basándose en Veneno, Peret, Joaquín Sabina y Extremoduro… Recuerdo que eran dos hermanos que con su primer disco alcanzaron un éxito fenomenal: estoy hablando de Estopa.

Estopa desencadenaron una mini-revolución “canalla”, dejaron por ñoño al de Jarabe de Palo, y contaron con el beneplácito de los mencionados Sabina y Peret. Al socaire de Estopa florecieron (admitámoslo) gente como La Cabra Mecánica, Los Delinqüentes, Bebe o Melendi (no digo que los copiaran, ni mucho menos, solo que abrieron brecha). Su mezcla de rumba catalana y de rock callejero hizo las delicias de muchas personas, yo entre ellos. Su disco Estopa (1999) se vendió como auténticos churros (un millón de copias, señores) de él sonaron hasta cinco singles por la radio, hicieron gira por Hispanoamérica…

También pulularon por ahí (Internet, top manta, maquetas…) sus primeras grabaciones, en su mayoría temas que aparecieron luego en los dos primeros discos, pero en las demos tenían letras más explícitas en cuanto a drogas y a sexo. El del medio de los Chichos, por ejemplo, sabemos que le pidió al de Estopa “una canción de colores”; pues originalmente lo que le requería era “un caballo de colores”, y no precisamente para montarlo en el hipódromo de la Zarzuela…

Lo mejor de Estopa es que le podían gustar a todo el mundo: tenían mucha más clase que, digamos, Camela, y no eran tan marginales como Extremoduro. Incluso llegaron a tener eso que se llama “credibilidad indie”: recordemos que empezaron cortejando a la comunidad alternativa, yo por ejemplo la primera vez que los vi fue en el programa que emitía La 2 de Los conciertos de Radio 3. Por otro lado, eran hijos de emigrantes, venían de la fábrica de SEAT (¡anda que no lo han explotado!), y eso les daba mucho prestigio callejero.

Como tantos grupos antes, Estopa debieron en su día enfrentarse a un problemático segundo disco, lo que ocurrió en 2001. Destrangis tuvo una increíble repercusión mediática, su single adelanto sonó hasta en la sopa, y en fin, del álbum se despacharon 800.000 copias, lo que no es precisamente un fracaso. Pero algo había cambiado para siempre. Algunos fans lo notábamos, era algo que no se admitía abiertamente, uno decía que el disco era “muy bueno” con la boquita chica. ¿Repetición de la fórmula? ¿Agotamiento de ideas? ¿Reciclaje de temas que habían aparecido en las maquetas tres años antes? Con el tercero una terrible sombra se cernió sobre mi gusto por Estopa. Había que admitirlo: todas sus canciones eran iguales.

En principio no estoy en contra de aquellos artistas cuyas canciones son todas iguales: por ejemplo la Creedence Clearwater Revival, Oasis o Eminem, me encantan porque entiendo que dan con una fórmula que mola (a ellos y a su público) y realizan variaciones sobre un mismo tema. Pero claro, como dije al principio, la mayor baza de Estopa era su novedad, su frescura. El hecho de que sonaran como unos extremeños haciendo rumba, con sus cambios de ritmo, sus juegos de palabras (“Tengo un reloj que se para/ siempre que tú de mí te separas/ y anoche se paró a las dos/ las dos nos separó a los dos”). Clever, innit? En cuanto empezaron a repetirse, para mí y para muchos perdieron su encanto.

Y, bueno, no es mi intención aquí glosar la carrera de Estopa, que continúa, un poco más lenta pero imparable. Es solo que esta mañana he escuchado su nueva canción, “Cuando amanece”, adelanto de su próximo Allenrok, y ni me he dado cuenta de que era un tema nuevo hasta que lo ha dicho la locutora. Esta nueva es idéntica a “El del medio de los Chichos” y a “Malos bares”, “Ojos rojos”, etc, una fotocopia. Y entonces, he pensado en plan dramático, que dónde quedará el talento que Estopa exhibieron en su día. ¿Dónde aquellos Estopa? Ubi sunt?

1 comentario:

GRILLO SOLITARIO dijo...

PUES QUÉ QUIERES QUE TE DIGA: NUNCA ME HAN GUSTADO. DE HECHO SIEMPRE LES HE TENIDO BASTANTE MANÍA. LA PRIMERA VEZ QUE OÍ ALGO DE ELLOS FUE EN LA TELE, QUE PUSIERON EL VÍDEO DE "LA RAJA DE TU FALDA". Y LO QUE PENSÉ FUE: "NO ME PUEDO CREER QUE ESTO LO OIGA ALGUIEN, O QUE PUEDA TENER ÉXITO". Y MIRA LO QUE VINO DESPUÉS...

 
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